Saltar al contenido

Cómo perder 4 tallas sin dieta después del embarazo

perder peso en el embarazo sin dieta

Decidí escribir este post porque es muy terapéutico contar cómo hemos transitado ciertos procesos difíciles de superar y porque pienso que mi historia le puede servir a alguien de inspiración, así como otras historias me han servido a mí para animarme y seguir adelante.

Así que antes de entrar en materia, les adelanto que de usar talla 44 (europea) / 14 (americana) durante los primeros 5 meses del postparto, he logrado llegar a la 40/10 y en algunas marcas a la 38/8 en cuatro meses. Y ojo… estoy hablando de talla de pantalón, que de blusa siempre me quedé en 40, que soy de busto digamos… “generoso”. Además durante la lactancia no se puede pretender perder volumen en las mamas.

Desde hace unos años, me atrevo a decir desde hace unos 6, es decir, desde que vivo en Europa he ganado unos cuantos kilos que no necesitaba. Y todo porque cometí un error enorme: cambié mi estilo de vida, comencé a comer más y dejé de hacer ejercicio religiosamente.

Con el horario de mi trabajo y una fractura en un pie me puse más excusas para justificar mi aumento de peso, los kilos se fueron haciendo cada vez más incómodos, la ropa me quedaba pequeña, tanto me deprimía que opté por regalarla casi toda y comprar cosas para “mi nueva talla”.

Cuando decidí perder peso para mi boda resultó que el test de clear blue me dió positivismo y acabé casándome embarazada, cambiando el vestido a última hora y de mal humor por las náuseas, pero esos detalles los conté aquí, por si les da curiosidad.

Así empecé a perder peso tras el embarazo

Por fortuna durante el embarazo y el postparto me dio por documentarlo casi todo, así que les puedo decir con precisión que al momento de enterarme de que estaba embarazada pesaba 59,5 kilos (mido 1,55 -ya ven, soy pequeñita y eso lo pone todo más difícil-). La última semana de embarazo pesaba 72,5 kilos.ejercicio post parto

Durante la primera semana de postparto perdí 6 kilos, 3 que la niña pesó y 3 de placenta y líquidos, supongo yo. A las siguientes 3 semanas de postparto bajé otros 3 kilos, dicen las madres más experimentadas que es lo que tiene la lactancia, supongo también que es verdad.

De modo que a las cuatro semanas de post parto había perdido ya 9 kilos. Qué bonito suena, ¿verdad?, 9 kilos de los 13 que me puse encima…. y perderlos en un mes… ¡qué bien! Pero las que han pasado por aquí saben que más que los kilos es la forma del cuerpo lo que hay arreglar, más aún tras la bendita cesárea.

Es decir que había perdido 9 kilos, me faltaban técnicamente 4 kilos, pero eso no era lo peor. Lo peor es que era talla 44, con una barriga enorme y blanda, con más celulitis en las piernas de la que he tenido en toda la vida.

Para decirles más claro lo que sentía, les cuento que verme al espejo era lo peor que podía pasarme. Para no torturarme más (que bastante tenía ya con la depre post parto) le pedí a mi marido que por favor quitara los espejos grandes de la casa.

Y aunque no lo crean me ayudó, al menos para no estar tan estresada y dejar de sentirme presionada por mí “yo detrás del espejo”.

Así empecé a perder peso después del parto

Cuando la muñeca pasó del cuarto mes de nacida. Que ya estaba yo mejor de los nervios, los mil problemas para dar el pecho estaban solucionados y ya no me daba tanto miedo dejarla unos ratos sola con el padre decidí tomar cartas en el asunto y darle la batalla a los kilos y a la barriga postparto que tanto me amargaban la existencia.

Así que digamos que desde finales de abril hasta principios de agosto he ido a hacer ejercicios al gimnasio religiosamente y he controlado el pico, logrando bajar los otros kilos que me sobraban y sin privarme de cosas ricas que me gustan, pero sin exagerar.

Hoy puedo decir con orgullo que “piezas musicales magistrales” como “I wanna make you sweat” en remix se han convertido en parte de mi soundtrack materno.

Gracias a esas horas de sudor en el gimnasio estoy cada día más cerca no sólo de recuperar la figura sino de estar en forma. Ahora cada día me siento mejor conmigo misma y me siento más segura de mí misma. Ya hemos vuelto a colgar los espejos y empiezo a comprarme algunas cositas nuevas.

No quiero estar muy delgada, ni perder mucho más peso, pero sí quiero sentirme bien, tonificar los músculos, estar a gusto en mi cuerpo.

Al día de hoy peso 58,7 kilos y mis medidas son muy esperanzadoras. De haber empezado con este panorama hace tres meses:64 kilos. 90cm de cintura, 104 cm de cadera, 59 cm de muslo, 101 de busto y 30 cm de brazo. Con un Body Fat Index (BFI) del 55%.

He alcanzado algo que me parece mentira: 58,7 kilos. 83 cm. de cintura, 99 cm. de cadera, 54 cm. de muslo, 98 cm. de busto y 28 cm. de brazo. Con un Body Fat Index (BFI) del 34.4%.

Consejos para perder cuatro tallas

Y bueno la cantidad de celulitis no se puede medir correctamente. Pero se ha reducido lo suficiente para no pasar vergüenza al meterme a la sauna o al ponerme pantalón corto. Vamos que no soy una modelo, pero me siento bien.

Algunos podrán pensar que no es ni siquiera el peso que tenía antes del embarazo, pero les aseguro que me veo mejor y la ropa que uso es una talla más chica que antes del embarazo. Queda más barriga por aplanar, pero ¡vamos bien!

Así que con mucho cariño les digo a todas las que quieran recuperar ese autoestima que teníamos antes de sentir que la maternidad nos robó la figura, con ponerse a sudar y comer con más control de las cantidades, bajar o quitarse el consumo de azúcar bajarán de peso y se sentirán mucho mejor.

¡Sí se puede! Si no te gusta ir al gimnasio o el presupuesto no te da, entonces sal a caminar a paso apurado que es gratis y lo puedes hacer empujando el coche del bebé. Para conseguir un vientre plano puedes ver tutoriales en youtube con rutinas de ejercicio post parto.

Una serie de sólo 8 repeticiones por cada ejercicio que escojas es suficiente para empezar y ya después vas aumentando en repeticiones y series.

Recuerda que el ejercicio es un excelente antídoto contra la depresión. Haz la prueba, fíjate una meta razonable, ponte una rutina de ejercicios, no de un día ni dos, ni de un mes, sino de tres meses, y verás que la disciplina y la constancia te harán llegar a donde quieres.